Los presidentes estadounidenses han pedido a los directores de la CIA que desestabilicen los regímenes, persigan terroristas y roben los secretos de los adversarios. Sin embargo, una labor que a veces pasa por alto ha sido el del canal secreto o diplomatico silencioso.
Siendo este el aspecto más interesante de la elección del presidente Joe Biden para dirigir la CIA, William Burns. Él es uno de los diplomáticos más respetados de su generación (todos los secretarios de estado vivos grabaron un mensaje de felicitación para él en su ceremonia de jubilación en 2014), Burns tiene una buena posición para ser el primer miembro del Servicio Exterior en dirigir la CIA.
Y esto es particularmente importante cuando se trata de Irán. Biden ya a anunciado que se uniría al acuerdo nuclear de 2015 con Irán si los iraníes volvían a cumplir con sus limitaciones sobre el enriquecimiento de uranio. Burns se adapta bastante bien a ese tipo de diplomacia silenciosa necesaria para comenzar las conversaciones con Irán.
En 2012, Burns tuvo las primeras conversaciones secretas con funcionarios iraníes a través de las oficinas del difunto sultán Qaboos de Omán, estás conversaciones llevaron al acuerdo nuclear provisional de 2013 precedente al negociado en 2015. Lo más notable de esto fue que la diplomacia no fue filtrada a la prensa ni a los aliados.
Burns recuerda como el y Jake Sullivan (ahora elegido por Biden como asesor de seguridad nacional) abordaron vuelos sin manifiestos de pasajeros a Omán, y cómo hicieron todo lo posible en grandes hoteles para evitar ser vistos por reporteros y otros diplomáticos.
El secreto de las conversaciones era importante para evitar fricciones políticas en Washington, sino también como una señal para los iraníes. Si estás conversaciones salían a la luz entonces, la parte iraní se marcharia. Cuando se informó a los aliados, muchos se enojaron pero comprendieron. Una excepción a esto fue el ministro israelí, Benjamin Netanyahu que «vio nuestro canal secundario como una traición».
Burns sería crucial para los esfuerzos de Biden por reiniciar la diplomacia con Irán, pues había que manejar el sabotaje israelí dentro del país. Durante la administración Trump la CIA y su equivalente israelí, el Mossad, formaron una estrecha asociación. En caso que Biden quieran tambalearse en esos esfuerzos, necesitará que Burns lleve a cabo esa diplomacia con Israel.
Biden busca dar un vuelco a las relaciones diplomáticas de Estados Unidos, cambiando hasta los aliados. El plan definitivamente es llevar a Estados Unidos a la izquierda radical, por lo que debe cambiar sus asociaciones por asociaciones de izquierda.
El Comité de Inteligencia del Senado debería preguntarle a Burns su opinión sobre la renovación de la diplomacia con Irán y sobre el mantenimiento de una asociación con el Mossad. Burns también debería reflexionar sobre esta cuestión. Hace tres años, los espías israelíes expusieron los límites del acuerdo nuclear que Burns ayudó a negociar.
La asociación de Estados Unidos con Irán ¿Qué beneficios podría traer al país? Sí los Iraníes han demostrado que no tienen lealtad y poseen un odio generacional por los estadounidenses.