Los vales de caldera ayudarán a 90.000 hogares a ser ecológicos mientras Boris Johnson sigue adelante con la prohibición de las calderas de gas para 2035, a pesar de las advertencias de que los gravámenes adicionales podrían desatar la ira de los ciudadanos.
Sólo 90.000 hogares del Reino Unido recibirán vales para ayudar a sufragar el creciente coste de eliminar sus calderas de gas, ya que los ministros se comprometen a prohibir la venta de calderas de gas convencionales a partir de 2035.
Boris Johnson sigue adelante con los planes de Net Zero para poner fin a la instalación de calderas de gas en los próximos 15 años. Anima a familias a instalar sistemas de calefacción de bajas emisiones de carbono a partir de abril con subsidios de 5.000 libras que costarán a los contribuyentes de Inglaterra y Gales al menos 450 millones de libras en total.
Sin embargo, la financiación sólo permitirá 90.000 instalaciones de bombas de calor en tres años, muy lejos del objetivo del primer ministro de 600.000 al año para 2028. Los conservadores ya empiezan a preguntarse si los bonos tendrán impacto si sólo una fracción del país puede beneficiarse.
El ex ministro conservador Steve Baker advirtió posibles reacciones violentas cuando los votantes se den cuenta de los costes que implica el cambio de gas.
El plan de vales forma parte de la Estrategia de Calefacción y Edificios que se publicará el martes, y que determinará cómo el Reino Unido abandonará las fuentes de energía contaminantes en los hogares y los edificios públicos.
Mientras la escasez de personal cualificada afecta a todos los ámbitos de la vida británica, también hay dudas sobre cómo algunas de estas nuevas soluciones, como las bombas de calor geotérmicas, pueden funcionar en los millones de pequeñas casas y pisos de las ciudades. Usualmente requieren hacer agujero de entre 15 y 30 metros de profundidad, o largas zanjas de unos 2.000 metros cuadrados en el jardín o el terreno.

Las alternativas más baratas, como los paneles solares, no son tan caras, pero el clima cambiante de Gran Bretaña hace que no sean tan fiables.
Los ministros afirman que no se obligará a los propietarios a deshacerse de sus calderas de gas actuales, y esperan que el precio de las alternativas ecológicas haya bajado para cuando se introduzca la prohibición de nuevas calderas en 2035.
Otra de las grandes dudas se encuentra en la mano de obra británica de ingenieros de calefacción sea lo suficientemente grande, o tenga la experiencia y formación, para cambiar los sistemas de calefacción en la mayoría de los hogares británicos.
Se tiene conocimiento de la enorme escasez de personal cualificado para realizar este tipo de trabajo, esto es resultado de décadas de falta de formación y reducción absurda en contrataciones de aprendices para los oficios de la construcción.
Estas iniciativas de luchas internas surgen en un momento en el que el primer ministro intenta situar al Reino Unido en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático, con la cumbre de la ONU que se celebrará en Glasgow dentro de quince días.
Los problemas podrían agravarse cuando el Gobierno descubra sus planes para lograr el «Net Zero», detallando la lista completa de cambios que se están adoptando para que el Reino Unido pueda reducir sus emisiones de carbono a «net zero» en 2050.
Gran Bretaña tiene un gran reto por delante, los impuestos a las emisiones de carbono serán un verdadero reto que puede llevar a una gran solución o un rotundo desastre. Si quieres detallar mejor los hechos sobre este acontecimiento histórico para los británicos puedes acceder a esta nota completa aquí