Los centros para el control de enfermedades (CDC) están claramente preocupados porque están perdiendo la guerra de relaciones públicas para convencer a los estadounidenses de que deben ponerse la mascarilla y vacunarse.
Menos de una semana después de declarar que volvería el mandato de mascarilla acaban de utilizar un truco mediático clásico: aumentar el nivel de miedo filtrando un «informe interno» que apoya la narrativa oficial, mientras blanquea la fuente de información para las grandes elites de los medios de comunicación.
Un conjunto de diapositivas que se compartió ampliamente dentro de la agencia en las semanas posteriores al levantamiento del decreto original de la mascarilla en mayo, muestra que la variante delta parece causar una enfermedad más grave en los pacientes más jóvenes, a la vez que se propaga tan fácilmente como la «varicela».
La capacidad de propagación de la vacuna a través de la infección de los ya vacunados significa que estos centros deberían imponer una directiva más estricta, un llamado a realizar un «enmascaramiento universal».
En un fragmento del documento se pueden apreciar: «pone una nota de urgencia, revelando que la agencia sabe que debe renovar su mensaje público para enfatizar la vacunación como la mejor defensa contra una variante tan contagiosa que actúa casi como un nuevo virus diferente».
Lo más crítico es que las diapositivas incluyen «datos aún no publicados» de estudios que muestran que incluso los vacunados podrían ser capaces de transmitir el virus tan fácilmente como los no vacunados.
Según el Washington Post, el material del informe era «tan alarmante» que llevó a los CDC a reconsiderar sus orientaciones sobre el uso de mascarillas. Por otro lado, llevaría Biden a imponer su mandato de vacunación a los empleados federales, a pesar de haber prometido no hacerlo.
Además, incluye apartados llamativos como “nueva ciencia” que a su vez lo sugieren como “una nueva estrategia” para comunicar al público esta nueva situación de emergencia.
Bajo el pretexto de que la “guerra ha cambiado” señalan una posible pérdida de aceptación del público al darse cuenta de los avances de las infecciones que a su vez señalan que “la confianza del público en las vacunas podría verse socavada”

¿Por qué tener miedo de perder la confianza en las personas hacia las vacunas? Las élites tienen claro que no van a caer fácilmente, esta vez no. Este hecho debió ser algo a pensar antes que el gobierno anunciara la eficacia, mayor del 90%, de la vacuna Pfizer.
El Washington Post ante tal eventualidad decidió hundir más las manos en el lodo, contratando a un comentarista para que elogiara dicha estrategia de vacunación por parte del gobierno americano.
El experto en comunicación de riesgos de la Universidad Estatal de Wayne-Detroit, Matthew Seeger habló sobre la falta de comunicación sobre las infecciones de vanguardia y lo problemático que este silencio ha resultado. Por otro lado, los funcionarios de la salud pública que han hecho promoción de los buenos resultados obtenidos de las vacunas, cuando en realidad no era así, deberían ser considerados traidores.
«Hemos hecho un gran trabajo diciendo al público que estas son vacunas milagrosas y probablemente hemos caído un poco en la trampa del exceso de seguridad, uno de los retos de cualquier circunstancia de comunicación de crisis».
Nueva evidencia ha dado para comparar que las vacunas no son tan eficaces como las promocionan, esto comparado con fuentes como el Ministerio de Sanidad en Israel.
El ex jefe de la FDA, el Dr. Scott Gottlieb, ha destacado los datos que sugieren que el brote de EE.UU. seguirá una trayectoria similar a la de los brotes impulsados por el delta en el Reino Unido y Europa. El patrón ya es más evidente en estados como Missouri, uno de los focos originales del brote delta.