Conoce a Aladdin: la poderosa inteligencia artificial que revoluciona el sector financiero

Publicado el 28 de abril de 2023, 2:32

Aladdin, la plataforma de software propiedad de BlackRock, está revolucionando la forma en que el sector financiero aborda la gestión de inversiones y la construcción de carteras. Pero su inmenso poder viene acompañado de una serie de cuestiones éticas y políticas que deben abordarse.

La inteligencia artificial (IA) se está convirtiendo en un tema candente en la sociedad actual. Desde los coches autónomos a los asistentes virtuales, la IA está en todas las noticias, y no es de extrañar por qué. Herramientas como ChatGPT, Dall-E y Midjourney ya no pueden pasarse por alto. Estas tecnologías tienen el potencial de revolucionar nuestra forma de vivir y trabajar. Pero hay una IA que ha dado forma a nuestro mundo durante más de una década. Una IA que es mucho más poderosa e influyente que las demás. Se llama Aladdin.

Se trata de una plataforma informática patentada desarrollada por la multinacional de inversiones BlackRock. Esta empresa tiene un enorme poder e influencia en el sistema financiero mundial. Es propietaria de la mayoría de los bancos de Estados Unidos y de la mayoría de las grandes empresas farmacéuticas. También controla una parte considerable de todas las acciones que se negocian en el mundo. Además, vale la mitad del PIB total de Estados Unidos. BlackRock utiliza Aladdin para la gestión de inversiones y la construcción de carteras. El software gestionó unos 21 billones de dólares sólo en 2020.
Aladdin generó 1.100 millones de dólares en ingresos en 2020. La IA es un activo vital para BlackRock y la compañía de inversión no ha dejado de invertir en el sistema desde entonces. Algunos piensan que Aladdin es la IA más potente del mundo, y por buenas razones.
El factor que más influyó en el desarrollo de Aladdin fue el fracaso del fundador y consejero delegado de BlackRock, Larry Fink, en 1986. Larry Fink hizo una serie de operaciones rentables seguidas de un fracaso masivo. Lo que acabó costándole el puesto, perdiendo más de 100 millones de dólares en cuestión de meses. El análisis de este fracaso apuntó hacia el uso de la tecnología para evitar futuros errores. Aladdin sería la solución a este problema. Con una enorme potencia de cálculo, BlackRock es ahora capaz de utilizar datos históricos para crear modelos de precios precisos y complejos. Para cualquier activo.
¿Por qué es tan importante que los ciudadanos entiendan a Aladdin? ¿Y cómo está configurando esta IA nuestro mundo?
En pocas palabras, Aladdin y BlackRock dicen al mundo financiero dónde invertir. Esto se hace, entre otras cosas, asignando una puntuación ESG a las empresas. ESG son las siglas de Environmental, Social and Governance (medio ambiente, social y gobernanza). Una puntuación ASG es un sistema de calificación utilizado para evaluar el rendimiento de una empresa u organización en relación con estas tres dimensiones. Las puntuaciones ESG pretenden reflejar el nivel de responsabilidad social y medioambiental. Así como la forma en que se gobiernan. Lo que puede indicar el rendimiento futuro, la estabilidad y la reputación.

Si Aladino diera a una empresa una mala puntuación ESG, todo el mundo financiero dejaría de verter dinero en ella. Como resultado, algunas organizaciones están cambiando sus estrategias y acciones con el objetivo de lograr mejores puntuaciones ESG. Por ejemplo, Netflix puede optar por producir un programa de televisión en lugar de otro sólo para satisfacer las exigencias de Aladino. Las grandes empresas y las tecnologías forman parte de nuestra vida cotidiana, nos guste o no. Es Aladino quien da forma a estas empresas. Así, todo el mundo está sometido a las decisiones de la IA.

El poder de Aladino viene acompañado de muchas otras cuestiones éticas y políticas. Una de las principales preocupaciones es la falta de transparencia y responsabilidad. Aladdin es un sistema cerrado y poco transparente. Lo que dificulta que los reguladores y el público entiendan cómo se utiliza la plataforma. Los rumores dicen que la propia BlackRock tiene poco control sobre el funcionamiento detallado de la herramienta. Esto recuerda a la historia de Victor Frankenstein, que perdió el control sobre la criatura que él mismo creó.

También hay dudas sobre hasta qué punto BlackRock es responsable de las acciones de sus usuarios. Y las posibles consecuencias de esas acciones. Además, la plataforma almacena una gran cantidad de datos financieros sensibles. BlackRock debe garantizar la seguridad y la privacidad de los datos. Es importante que nuestros datos estén seguros y no se compartan con personas no autorizadas.

En resumen, Aladdin es una poderosa herramienta que está revolucionando la forma en que BlackRock y otras instituciones financieras abordan la gestión de inversiones y la construcción de carteras. Pero ese inmenso poder viene acompañado de una serie de cuestiones éticas y políticas con las que hay que lidiar.  Es esencial que el público sea consciente de la influencia de tecnologías como Aladdin y del impacto que tienen en nuestras vidas. El futuro empieza ahora.

Fuente: ThinkPolNews


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