3 extraños secretos gubernamentales alrededor del mundo.

|Desde el Área 51 hasta el verdadero origen del COVID-19, la capacidad de los gobiernos para mantener secretos ocultos de la población es una realidad. Descubrir todas las verdades que ocultan sería imposible, sin embargo, a lo largo de la historia han existido situaciones, que a pesar del secretismo logran salir a la luz, al menos de manera fragmentada.

Si bien la verdad que se conoce suele estar envuelta en misterio, teorías conspirativas y exageraciones, los gobiernos poseen grandes secretos que buscan proteger a toda cosa. Algunos de ellos se han mantenido tan ocultos, que la mayoría de la población no tiene idea de su existencia, otros han surgido como rumores de los que se desconocen detalles.

En esta nota queremos contarte algunos de los secretos más extraño de los que se ha obtenido conocimiento público:

  1. Winston Churchill y sus archivos clasificados sobre Ovnis

A pesar de que han transcurrido casi 60 años de su muerte, Winston Churchill sigue siendo noticia. Si no es por su triunfal dentadura postiza, es por su posible encubrimiento de un avistamiento ovni. ¿Habías escuchado esta historia? Si bien salió a la luz en el 2010, poca referencia se ha hecho a este tema.

El Ministerio de Defensa británico entregó a los Archivos Nacionales en agosto de 2010  un gran lote de archivos relacionados  con ovnis. Este documento es un compendio de más de 5.000 páginas compuestas por cartas escritas en 1999 por el nieto de un miembro de la Real Fuerza Aérea (RAF) que había servido como uno de los guardaespaldas del ex Primer Ministro.

Según el autor de la carta, un científico que había oído la historia a su madre, el guardaespaldas afirmaba que, durante la Segunda Guerra Mundial, Churchill, con la intención de evitar el "pánico masivo", ordenó clasificar durante 50 años un encuentro entre un avión de la RAF y un misterioso objeto volador.

Al parecer, Churchill había discutido el asunto con el general estadounidense Dwight D. Eisenhower. Aunque el Ministerio de Defensa no tiene documentación sobre el episodio, sus archivos sobre ovnis anteriores a 1967 ya no existen. Sin embargo, Churchill solicitó definitivamente un informe sobre objetos voladores en 1952.

  1. La CIA planeaba matar a Fidel Castro con una concha de mar

La lucha de la CIA contra el régimen de Castro no es un secreto para nadie. Sin embargo, es menos conocido que entre 1960 y 1965, la CIA ideó al menos ocho complots para asesinar al cubano Fidel Castro. Según un informe elaborado en 1967 y desclasificado 36 años después, la CIA pensó en utilizar puros, aire contaminado, píldoras envenenadas, hongos y una jeringuilla llena de veneno para acabar con el líder comunista.

Un complot, que sólo buscaba dañar la imagen de Castro, sugería colocar sal de talio en sus zapatos, con la esperanza de que se le cayera la barba.

Pero una idea sobresalió por encima de las demás: el plan de matar a Castro con una concha marina explosiva.

El dictador era aficionado al submarinismo, así que los agentes de inteligencia planearon colocar una concha especialmente espectacular en un arrecife que Castro solía frecuentar. La esperanza era que la concha fuera tan hermosa que Castro la recogiera y, al hacerlo, activara un explosivo. Desmond Fitzgerald, jefe de operaciones en Cuba de la CIA, llegó incluso a comprar dos libros sobre moluscos caribeños. Pero el elaborado plan se consideró poco práctico.

  1. Los búnkers ocultos en Grand Central Terminal

Cada día, cientos de miles de personas entran y salen de la Grand Central Terminal de Nueva York, recorren sus pasillos, comen en sus conocidos restaurantes y disfrutan tragos en sus exclusivos bares. Sin embargo, más allá de los icónicos espacios, varios pisos bajo tierra se ocultan lugares secretos.

Nueve pisos por debajo de la planta más baja se encuentra un búnker conocido como M-42. Se rumorea que durante la Segunda Guerra Mundial, el búnker más grande de la estación era el M-42. Se  cree a que durante la Segunda Guerra Mundial, el búnker tenía guardias con órdenes de disparar a matar, por miedo a sabotajes mientras los trenes de la estación se utilizaban para transportar tropas dentro y fuera de Nueva York.

También debajo de la elaborada estación está la vía 61, que no aparece en ningún mapa de trenes. La vía 61 se construyó para los viajeros adinerados que llegaban en trenes privados y tiene un montacargas que sube hasta el nivel del garaje del hotel Waldorf-Astoria.

¿Puedes adivinar quién era el usuario más frecuente de esta vía? Pues nadie más que Franklin Delano Roosevelt, que llevaba aparatos ortopédicos en las piernas y utilizaba una silla de ruedas debido a su poliomielitis. El tren privado de Roosevelt incluía un vagón especialmente acondicionado para su limusina Pierce-Arrow. Cuando llegaba a Manhattan desde su ciudad natal de Hyde Park (Nueva York), la limusina le conducía desde el tren hasta el montacargas y le llevaba directamente al hotel. La entrada clandestina impedía que el público viera la incapacidad del Presidente para caminar.


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